A lo largo de
este año 2015, son cada vez más habituales las noticias sobre los nuevos métodos
experimentales utilizados para la localización
de hidrocarburos basados en el uso de explosiones acústicas submarinas a lo
largo de todo el planeta.
Esta metodología trata de localizar yacimientos petrolíferos y de gas en los fondos oceánicos, comunes en las zonas de convergencias de placas y dorsales oceánicas.
La
observación de los fondos marinos y de las rocas sumergidas no se puede hacer
de manera directa a gran escala; hay que realizarla empleando métodos
indirectos, como la mayoría de los utilizados en la exploración geofísica
marina, mediante el uso de instrumentación acústica (batimetría, sísmica…)
Los métodos
acústicos se basan en el registro mediante receptores sensibles a las
frecuencias de emisión características de los instrumentos de eco localización
del suelo marino y de las distintas capas que lo componen. Estos ecos o
reflexiones se originan al paso de una onda acústica generada por una fuente de
sonido artificial o emisor. Las
ondas refractadas penetran en las formaciones rocosas, lo cual permite efectuar
sondeos más profundos y obtener “imágenes” de la estructura del subsuelo. La
atenuación de la energía acústica es proporcional a la frecuencia de las ondas.
Estas
campañas de “adquisición sísmica” o “sondeos acústicos” tienen como objetivo la
elaboración de mapas del subsuelo marino para detectar formaciones geológicas
susceptibles de almacenar hidrocarburos, para posteriormente realizar sondeos
de exploración y explotación comercial de los pozos.
El uso de barcos
con cañones de aire, permiten captar el rebote de las ondas emitidas que pueden
causar daños a la fauna marina debido al elevado nivel de ruido generado por
las detonaciones submarinas; de ahí que sean polémicas y la necesidad de su
regulación mediante una evaluación ambiental.
El impacto
medioambiental del proyecto es crítico, afectando muy negativamente a la
supervivencia de numerosas especies marinas: peces, cefalópodos, tortugas,
cetáceos… afectando en mayor medida a aquellas especies que utilizan
dichas ondas como sistema de eco localización, lo que afecta en gran medida a
su capacidad de orientación y alimentación. Existen casos demostrados donde
estos métodos tan agresivos han afectados de manera importante a la pesca y el
numero de capturas debido a daños irreversibles sobre huevos y larvas.
Junto a los
efectos directos derivados de la contaminación acústica, se observan daños por
contaminación debido al vertido de sustancias tóxicas arrojadas al mar durante las
perforaciones para la prospección. Entre estos compuestos figuran el benceno (cancerígeno), el tolueno y el xileno (afección al sistema nervioso, insuficiencias renales y
hepáticas), metales pesados como el
mercurio, el cadmio, el, plomo y el arsénico, los cuales se bioacumulan en los
tejidos de los componentes de la cadena trófica. Además de los impactos
provocados sobre las playas y costas, que se verían directamente afectadas ante
posibles vertidos accidentales de petróleo.
En el caso de
España, compañías como Spectrum, Repsol o Cairn
Energy, pretenden llevar a cabo dichos estudios del suelo submarino en extensas
áreas de gran valor natural como el Golfo de Valencia, las islas Baleares,
Canarias o el Mar de Alborán entre otros.
Según estudios realizados por EcologistasEnAcción Las ondas acústicas emitidas durante la campaña de adquisición sísmica tienen un nivel sonoro de 249 a 265 decibelios (dB) y una frecuencia de entre 10 y 15 KHz, y son capaces de penetrar hasta 7.000 metros en el suelo marino. Las explosiones se realizan de forma continua las 24 horas del día, los 7 días de la semana, llegando a prolongarse los estudios durante meses.
Según estudios realizados por EcologistasEnAcción Las ondas acústicas emitidas durante la campaña de adquisición sísmica tienen un nivel sonoro de 249 a 265 decibelios (dB) y una frecuencia de entre 10 y 15 KHz, y son capaces de penetrar hasta 7.000 metros en el suelo marino. Las explosiones se realizan de forma continua las 24 horas del día, los 7 días de la semana, llegando a prolongarse los estudios durante meses.
Se han
confirmado como efectos provocados por estos sondeos acústicos en las especies
marinas: pérdida de equilibrio, desorientación, hemorragias internas,
destrucción del oído interno, descompresión respiratoria, burbujas de aire en
órganos y sistema circulatorio, y derrames cerebrales.
El ruido emitido es unas 10.000 a 100.000
veces mayor que el motor de un avión a reacción (de unos 140 dB) y similar a
explosiones de cargas de dinamita entre 30 y 100 kg.
En Febrero de 2015, la organización EEA ha presentado 700
alegaciones a los sondeos sísmicos y prospecciones petrolíferas en aguas del Mediterráneo (Golfo de Valencia)
donde se solicita que la autoridad ambiental dictamine una Declaración de
Impacto negativa, que impediría llevar adelante la primera etapa de la
explotación de hidrocarburos, prevista en un área de 254.000 Ha. Autorizada por
el Gobierno Español a la compañía Capricon
Spain Limited.
(http://www.ecologistasenaccion.es/article27417.html)
Ya se conocen
los efectos derivados de la quema de combustibles en relación con el cambio
climático, pero ¿donde y cuando se establecerá un límite? ¿Cuántos recursos
estamos dispuestos a poner en juego por el desarrollo y nuestra dependencia
energética de combustibles fósiles?