domingo, 21 de agosto de 2016

TAILANDIA Y LOS ELEFANTES

Tras cerca de un año sin postear y dado que ahora resido en Tailandia desde hace unos 4 meses me gustaría escribir acerca del tema de los elefantes en Tailandia y la experiencia que ha supuesto para mi entrar en contacto con estos majestuosos animales en numerosas ocasiones tanto en ciudades turísticas donde se dedican a pasear a personas como en centros de conservación donde creo que se lleva a cabo una tarea mucho más importante para su protección y cuidado.

En primer lugar, me gustaría ofrecer alguna información sobre lo que significa el elefante para el reino de Siam, donde han sido venerados durante más de 5000 años.

El elefante (ช้าง-chang- en tailandés) ha sido símbolo nacional de Tailandia, su historia y sus costumbres, venerado desde hace más de 5000 años, símbolo de la realeza y la prosperidad del país.

El elefante asiático es una especie protegida en peligro de extinción,cuya población se estima en torno a unos 2500 ejemplares en estado salvaje y 3000 en cautividad, número que se ha visto drásticamente reducido desde 1850 (unos 100.000 individuos).

Durante siglos, los elefantes se han empleados en las guerras, para el transporte de cargas pesadas o realizar trabajos en el campo. Es a partir de 1989, cuando, tras la prohibición de realizar trabajos forzados en el campo, común en el pasado, la mayoría de ellos han sido capturados para su uso en espectáculos, orfanatos o santuarios (en la mayoría de ocasiones son tratados de manera brutal para educarlos y conseguir que realicen tareas para uso lucrativo).

Todo elefante en cautividad tiene un mahout o cuidador encargado de la manutención y educación de dicho individuo, cuya vida queda ligada al elefante permanentemente, hasta el punto de no poder separarse de él debido a la estrecha relación de dependencia existente del elefante hacia la persona (según he podido entender, cuando el mahout muere los elefantes suelen caer en una profunda depresión que muchas veces supone la muerte de éstos animales). El promedio de vida de un elefante en estado salvaje está entre los 70-80 años.

En Tailandia existen gran número de centros que bajo la premisa de ser centros de conservación se dedican a la explotación de los elefantes con fines lucrativos, realizando paseos para las personas, actuaciones o pinturas. Muchos de ellos capturados en la naturaleza y separados de sus madres para comenzar el proceso de educación cuando antes.

· Mi visita y opinión personal del “THAI ELEPHANT CONSERVATION CENTER” (LAMPANG, THAILAND):

Visitando el entorno del centro de conservación pude apreciar que las instalaciones son de gran tamaño, situadas en el medio natural y provisto de centro de cuidados de los animales (enfermería), una guardería, un centro de investigación y el lugar donde se alojan los propios elefantes junto a los mahouts.

Como estudiante de Ciencias Ambientales, estoy muy interesado en conocer desde dentro este tipo de centros, y tras explicarles que me gustaría realizar un voluntariado para trabajar con ellos, me ofrecieron la oportunidad de participar en el baño de los elefantes en el río junto al mahout y toda la manada. Para mí, el poder entrar en contacto con ellos directamente fue la mejor experiencia de mi vida, una vez conocí las condiciones en las que vivían los elefantes en el centro, lo que me dio gran seguridad sobre el trato que recibían (aunque claro está, los turistas no conocen al 100% todo lo que pasa dentro de los centros).

Al visitar la guardería pudimos comprobar como las crías están junto a sus madres, y según nos confirmaron, permanecen así como mínimo los 3 primeros años de vida de la cría, y aunque no disponen del mismo espacio que en estado salvaje, dan la impresión de estar bien atendidos.

En la enfermería, pudimos asistir a los cuidados y tratamientos que ofrecían al elefante más adulto que habita en el centro, una hembra que cuenta con más de 60 años que había sufrido una herida en la pata.


Existe una tienda donde se venden souvenirs para tratar de costear los propios gastos del centro, y donde nos aseguraron que todo iba directamente invertido al cuidado de los animales. Me sorprendió positivamente como la mayoría de artículos estaban fabricados con los excrementos producidos por los elefantes, que tras varios tratamientos conseguían eliminar todo olor y textura, para la fabricación de papel, cartón y materiales derivados.

Según he podido observar, los animales parecen están bien cuidados aunque si me sorprendió el hecho de que realizaran un par de espectáculos al día donde se exhiben las capacidades de los elefantes e incluso un par de ellos realizaban alguna pintura (lo cual requiere el maltrato del animal para el aprendizaje de todo el proceso).

Desde aquí me gustaría intentar concienciar a las personas que quieran viajar a Tailandia y conocer a los elefantes, que es necesario por parte de todos el realizar un turismo sostenible e intentar informarse un poco previamente para no contribuir con los numerosos casos de explotación que se dan hacia los elefantes.

Aquí presento algunas páginas donde se puede obtener mucha información detallada sobre que centros visitar y que casos evitar:






Referencias: